Es en la desgracia, amiga Marisol, donde se mide el temple de las personas. Actuar generosa, amable, elegantemente cuando las cosas van bien y la vida nos sonríe está al alcance de cualquiera, pero hacerlo cuando vienen mal dadas y la desgracia se ha cebado con uno o una, está solo al alcance de las almas nobles y los espíritus fuertes. Es lo que te ha ocurrido a ti, aunque nadie lo diría, viéndote tan frágil y delicada. Por si padecer "mal de huesos" fuera poco, el que la mala praxis, según me cuentas, de un "profesional" te produjera una discapacidad del 70% tiene que ser como para hundir a cualquiera. Pero está visto que tú no eres un cualquiera y te supiste sobreponer a ese golpe del destino, creando la primera Asociación de Afectaods por Fisioterapia, Osteopatía y Quiropráctica (AFOQ), que va ya por su tercer año de vida, ayudando a cuantos precisen consejo, apoyo y ayuda en un campo tan amplio pero, por lo visto, descuidado.
Posiblemente sea tu aportación en la vida e historia de este país, donde tienen lugar los hechos más tristes y los gestos más sublimes, la inmensa mayoría de estos últimos a manos de personas como tú, sencillas, discretas, que solo desean ayudar a los demás sin necesidad de conocerlos.
Deseándote el mayor éxito con tu Asociación, te envío un fuerte abrazo,
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